Toda actividad
empresarial supone en algún momento la realización de operaciones de venta, ya
que el emprendedor que ha decidido organizarse y crear una empresa, terminará
finalmente ofreciendo al mercado un producto, el cual puede ser de naturaleza
tangible (muebles o inmuebles) o inmaterial (servicios o intangibles).
En un mundo tan
competitivo, resulta fundamental establecer el precio de lo que venderemos, de
modo que este se encuentre en sintonía con los precios de los productos que los
demás ofrecen (valor de mercado), un producto con un precio por encima del
promedio de los que ofrece la competencia podría provocar la lenta venta de los
productos ofrecidos y un precio por debajo del promedio podría significar
pérdida de liquidez en el corto plazo.
Debe existir un
equilibrio de modo que si queremos estar en condiciones de poder manejar
adecuadamente la variable precio, debemos conocer profundamente lo que nos
cuesta producir lo que será materia de venta.
Por consiguiente,
resulta vital conocer el costo de nuestras ventas, sea del rubro al cual nos
dediquemos. Una empresa siempre tendrá un objeto social, un producto que vender
y necesidad de conocer cuánto le cuesta producirlo o fabricarlo. El hecho de
que una actividad sea la de vender servicios no implica que esta deje de tener
un costo de ventas, concepto que ayudará a los que dirigen el negocio para que
puedan medir el desempeño de la empresa y el impacto que sus medidas están produciendo
en esta.
Existen varias
teorías sobre la conformación del costo, y la contabilidad ha adoptado el
concepto de acumulación; bajo esta premisa, el costo de fabricar o producir un
bien o servicio está conformado por todos los desembolsos necesarios para obtenerlos
o realizarlos.
El primer elemento
está representado por las materias primas que conforman
la base material de
lo que será ofrecido como producto. Para explotarlas es necesario desarrollar
un esfuerzo, el cual recibe el nombre de mano de obra, conformando así, el
segundo elemento. Los elementos de la naturaleza conformados por las materias
primas y la mano de obra constituyen los dos elementos fundamentales de la
producción. La suma de sus importes recibe el nombre de costo primo, en algunas
actividades de servicios, la materia prima está presente, como en el caso de
las empresas del sector construcción, en otras, simplemente no existe como
elemento primo, pero sí, a nivel secundario (suministros diversos, útiles de
oficina, etc.):
Costo primo
= Materia prima directa + Mano de obra directa
El esfuerzo del ser
humano sería insuficiente si no contara con los equipos necesarios, estos
comprenden desde la herramienta más sencilla hasta la maquinaria más complicada
permitiendo economizar esfuerzos de trabajo y de material, a la vez que
aumentar de modo significativo su productividad.
Estos equipos sufren
depreciación, el cual debe considerarse como elemento del costo de producción
de los servicios que se brindan. Además es necesario un local en donde se lleve
a cabo el proceso de realización del servicio (un taller de reparación, un
centro de enseñanza, un estudio contable, etc.), y –a su vez– este origina el
pago de un alquiler en caso de ser arrendado, o bien sufre una depreciación en caso
de ser propio, y en cualquiera de los dos casos, se le debe considerar como elemento
del costo, pues de otra manera, representaría una pérdida al no recuperarse a
través del precio. Por otra parte, es necesario pagar todas las cargas
indirectas de fabricación representada por el consumo eléctrico, el material
indirecto, el trabajo indirecto, etc., las que constituyen el tercer elemento
de costo.
Saludos.